Los métodos o técnicas de la supervisión son formas determinadas de hacer algo, es decir, son instrumentos con los que se logran resultados. Incluyen planificación, organización, toma de decisiones, evaluación, clasificación de puestos, sanciones disciplinarias, adiestramiento, seguridad e infinidad de otras actividades similares.

El supervisor debe basarse teniendo en cuenta los objetivos y principios que habrán de aplicarse y que deban realizarse mediante el empleo de varias técnicas, por ejemplo: No puede hacer un proyecto sin considerar todos y cada uno de los factores que tienen relación con los objetivos de la actividad planeada o que impiden el logro del mismo. Esto debe abarcar una toma de decisiones, orientación, coordinación, comprensión de los empleados y otras diversas actividades relacionadas entre sí.

Lo fundamental, entonces, es que el supervisor debe seguir los principios y aplicar los métodos y técnicas de supervisión de modo que todos los conocimientos, especializaciones y aptitudes que les son propios se utilicen para determinar la acción que debe emprender en cada una de las situaciones a las que se enfrente, esta es la razón que hace de la supervisión un trabajo difícil y exigente. Nunca será demasiado recalcar su importancia.

No obstante, el rol del supervisor ha cambiado en los últimos tiempos. Anteriormente, se basaba en obtener resultados a través de la dirección del personal; lograr que los empleados tuvieran un entendimiento de las tareas que debían realizar, y supervisar la labor de cada empleado.

Hoy en día los supervisores son capacitados cada día más para involucrar a las personas con sus labores y hacer que se sientan comprometidos. De igual manera, el supervisor tiene la tarea de desarrollar buenos emprendedores, lograr que las personas generen ideas fuera de la caja y formar equipos de trabajo. Sumado a esto, tendrá el rol de implementar nuevas ideas y direcciones para su equipo, idear formas creativas para el traspaso de información a su personal y mantener la sinergia y la fuerza del equipo de trabajo.

Tomando en cuenta lo anterior, el supervisor actual se ha transformado en lo que hoy se conoce como líder. Este se va a reconocer porque su equipo de trabajo obtiene buenos resultados y trabaja de manera compenetrada, con entusiasmo, positivismo y alegría.

Los 5 aspectos básicos de la Supervisión Efectiva son:

  1. La autoconciencia
  2. Autorregulación
  3. Motivación
  4. Empatía
  5. Habilidades sociales

Dichos aspectos conducen hacia la supervisión efectiva de una forma resumida y simple. Se debe evaluar cuál es la actitud como supervisor: si piensa que los trabajadores no están haciendo su trabajo, posiblemente no se esté ejerciendo bien la labor de supervisor. Por lo tanto, se debe eliminar cualquier creencia negativa que se pueda tener de los empleados, y se debe enfocar en resultados positivos.

De la misma forma, se debe asegurar que el comportamiento del supervisor no entorpezca su gestión. Se debe evitar ser controlador, obsesivo, y enfocarse en ser analítico, convertirse en un soporte para el grupo y una guía para realizar tareas.

Para que exista un cambio de dinámica de supervisión dentro de una empresa se debe aplicar lo siguiente:

  • Definición de responsabilidades: Establecer claramente cuáles son las funciones de cada quien y sus responsabilidades, a través de la descripción del puesto, y sobre todo hacer saber cuáles son las expectativas de la empresa con relación a su desempeño en el puesto.
  • Medida por resultados: Al empleado se le mide por el desempeño, por los resultados que obtiene en sus procesos, no por el tiempo en específico que le dedica a la actividad.
  • Delegación de responsabilidades: Las decisiones relacionadas a sus funciones las toma el empleado. Él es completamente responsable de sus decisiones y responde conforme a ello.
  • Comunicación: Se visualizan los tres tipos básicos de comunicación-comportamiento cultural para determinar la forma más adecuada de que la comunicación sea efectiva.
  • Integración: Lograr el balance adecuado entre los sistemas, equipos y el recurso humano de forma tal que pueda crearse un proceso simple pero efectivo de trabajo en equipo.
  • Formación y desarrollo: Debe ser un proceso continuo, constante y consistente. Esta es una de las funciones críticas del supervisor.

Debe quedar bien establecido que estos planteamientos aplican a todos los niveles de la estructura organizacional. Bien sea el dueño de la empresa o el máximo representante de la estructura organizacional, es decir, el gerente general, es el primero que debe aplicar estas medidas.

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